Por fin!! Tras una semana de emociones, de nervios en el recreo escuchando las pistas, de escapadas rápidas hasta la biblioteca para ver si ya había vuelto Solete, de ir descubriendo con el puzzle quién podía ser el culpable....  Llegó el día, nos vestimos para la ocasión  y tras el conjuro de una Bruja encantadora cansada de comer todo tipo de bichos raros🤢 Llegó el momento tan esperado. La Policía llegó con una momia detenida culpable de haberse llevado a nuestra mascota. Sus caras de satisfacción, de justicia resuelta, de tranquilidad por volver a estar todo en su sitio, tal y como ellos lo conocen, da sentido a todo el trabajo realizado y cerciora la máxima de nuestra etapa que sin EMOCIÓN no hay aprendizaje.

Hoy ha sido más emocionante llegar al colegio porque nos hemos encontrado con que teníamos que atravesar un túnel mágico para llegar a nuestras clases. A algunos compañeros les ha asustado un poquito pero sólo al principio porque lo hemos disfrutado muchísimo durante toda la jornada escolar

Parafraseando a Laura Estremera, el juego es una vía natural de expresión para la infancia y también de reelaboración de aquello que les supone un conflicto, que no entienden, que les abruma.. por ese motivo los niños y niñas necesitan jugar con sus miedos para poder dominarlo y transformarlo. El miedo no solo está presente en Halloween, también en los cuentos, en sus vivencias y experiencias diarias. Hoy tocaba bandejas con moco de troll de gelatina, con spaghetti como gusanos,  donde el asco, la sugestion y el miedo estaba en su textura, en su temperatura al tocarlo, en tocar sin ver, presentamos arañas de juguete , vampiros y ratas escondidas que tenían que encontrar y volcar en unas calabazas. Descubrimos el sentido del tacto y compartimos con los amigos.